Vértigo! [día 18]

El pecado es un camino de descenso. No requiere esfuerzo, basta con dejarse rodar. La concupiscencia actúa como una poderosa fuerza de gravedad. Y el atractivo del vértigo, que se hace intenso por la velocidad de caída, embriaga los sentidos mientras ciega al pecador, que ya no capta las consecuencias de sus actos. Derrochó su fortuna […]

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