Noticias sobre la Iglesia

El gobierno español ha aprobado este martes un plan que contempla indemnizaciones a las víctimas de abusos en la Iglesia católica cuyos casos hayan prescrito, así como la celebración de un acto de estado de reconocimiento a los afectados. Sin embargo, los obispos han manifestado duras críticas al plan gubernamental. En la rueda de prensa posterior el consejo, el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, afirmaba que este plan busca reparar a las víctimas que durante décadas han sido olvidadas y orilladas y a las que nadie prestó atención. Para ello, el gobierno contempla indemnizaciones económicas, informa a la agencia estatal y su intención es que la Iglesia contribuya a sufragarlo.
Apenas un par de horas después, la Conferencia Episcopal Española, que preside monseñor Luis Argüello, hizo pública una nota en la que no acepta el plan del gobierno, en especial por tres razones: 1) porque no se pueden plantear unas medidas de reparación que, siguiendo el informe del Defensor del Pueblo, dejarían fuera a nueve de cada 10 víctimas. 2) Porque el texto presentado parte de un juicio condenatorio de toda la Iglesia, realizado sin ningún tipo de garantía jurídica, lo que supone un señalamiento público y discriminatorio por parte del Estado y 3) además, porque esta regulación cuestiona el principio de igualdad y de universalidad que debe tener todo proceso que afecta a derechos fundamentales.


El papa Francisco ha recibido recientemente en audiencia en la Sala Clementina a los participantes de la plenaria de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales. En su discurso lanzó un fuerte llamamiento a promover una cultura de la inclusión integral de las personas con discapacidad, superando la mentalidad utilitarista y discriminatoria de la cultura del rechazo. Aunque reconoció los progresos realizados en muchos países, Francisco denunció que en demasiadas partes del mundo las personas con discapacidad y sus familias siguen estando aisladas y empujadas a los márgenes de la vida social, una situación que se da no solo en los países más pobres, donde la discapacidad a menudo condena a la miseria, sino también en contextos de mayor bienestar económico.


Los católicos camboyanos del vicariato apostólico de Phone Peng se preparan para vivir el jubileo de 2025. Omnes ha conversado con el padre Gianluca Tabola, misionero del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras. Este misionero italiano, rector del seminario mayor de la localidad y responsable del sector pastoral de tres pequeñas comunidades cristianas en la ciudad de Tacmao, situada al sur de la capital, subraya que el obispo del vicariato ha querido vincular la celebración del Año de la oración a una frase de la Madre Teresa de Calcuta el fruto del silencio es la oración, el fruto de la oración es la fe, el fruto de la fe es el amor, el fruto del amor es el servicio, el fruto del servicio es la paz.
Para el padre Gianluca Tabola, la convocatoria del Año de Oración y Silencio con vistas al jubileo es una decisión providencial porque la Iglesia en Camboya, que en la última década ha trabajado mucho por la evangelización y la profundización de la fe, necesita llegar a un tiempo de gracia como el año santo, con el aliento de la oración. En Camboya hay actualmente menos de 30000 cristianos en una población de un total de 16 millones de habitantes. La Iglesia en Camboya cuenta con un vicariado apostólico, 2 prefecturas apostólicas. Tras un período de dolor y opresión debido a guerras y regímenes, la Iglesia camboyana renació en 1990, recuerda.


Tras su reflexión en las audiencias pasadas sobre las cuatro virtudes cardinales prudencia, justicia, fortaleza y templanza, el Papa ha abordado este miércoles en su catequesis de la plaza de San Pedro las tres virtudes la fe, la esperanza y la caridad, bajo el tema la vida de la gracia según el espíritu. La lectura correspondió a la carta de san Pablo a los colosenses. El pontífice manifestó que, junto a las cuatro virtudes cardinales, las tres virtudes teologales constituyen un septenario que se contrapone a los siete pecados capitales, ya que, según el Catecismo de la Iglesia católica, fundan, animan y caracterizan el obrar moral del cristiano.
Las virtudes teológales son un antídoto contra la autosuficiencia y contra el riesgo de convertirnos en presuntuosos y arrogantes. La soberbia es un eneno poderoso, basta una gota para echar a perder una vida marcada por el bien, señaló. El papa recordó además que las virtudes triogales ayudan en la lucha contra el ego, el pobre yo que se adueña de todo y entonces nace la soberbia. Asimismo, el papa se refirió a que el 27 de abril la Iglesia celebra el 11.º aniversario de la canonización de San Juan Pablo Segundo. Mirando su vida podemos ver lo que el hombre puede conseguir al aceptar y desarrollar en sí mismo los dones de Dios, la fe, la esperanza y la caridad, afirmó Francisco.

Hasta la semana que viene

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