¿La sonrisa?

ALGUNOS AFIRMAN que la sonrisa de los niños y de los bebés es expresión de una felicidad de animal sano, se trata tan solo de una felicidad digestiva que carece de todo reflejo espiritual, por lo demás evidente dada la inmadurez en la que se encuentran. Afirman, con cierta sorna, que la ligera dilatación de los cigomáticos que hace esbozar la sonrisa tiene un origen mecánico en la sensación de plenitud estomacal, al igual que cuando se tira de los cordones de una bolsa bien repleta esta adquiera esa singular fisonomía. Por lo demás, la sonrisa describe un arco, que nos recordaría el esbozo de una circunferencia, figura geométrica que evoca la felicidad. Es inútil intentar buscar en ninguna otra causa ese fenómeno puramente mecánico de la sonrisa del niño, en el que los padres comenten el error, comprensible ciertamente, de querer ver un signo de agradecimiento y afecto.

SIN EMBARGO, ningún animal con felicidad digestiva y plenitud estomacal sonríe.

POR ESO OTROS AFIRMAN, que la sonrisa deliciosa de todo bebé es uno de los más grandes misterios. Se diría que representa y refleja muchísimo más que el hartazgo digestivo de un animal gástrico bien alimentado. Afirman estos que estamos ante una de las pruebas más irrefutables de la existencia del alma, una especie de respuesta silenciosa de amor agradecido, un paso furtivo de la gracia, un leve dardo de ironía sonriente lanzado sobre el materialismo… Sí, una vez más la acertada intuición amorosa de unos padres supera las teorías materialistas de los sin alma.

Cfr. El sentido de la vida

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