El cielo de los tontos

Dios quiere que todos los hombres se salven, pero la salvación no es para todos.    

El que quiera venirse conmigo… La salvación es para aquéllos que quieren venir con Jesús. Es para quienes lo conocen y lo aman, para quienes se niegan a dejarlo escapar, para quienes ni siquiera preguntan «¿dónde vamos?», porque el mero hecho de seguirlo a Él llena sus vidas.

Por eso, no basta con querer burlar la muerte, ni con huir del Infierno, ni con la pretensión de reencontrarse con los seres queridos que murieron. Quienes no cuentan con deseos más altos que ésos sufrirán un terrible desengaño al ver el Cielo, y no querrán entrar. Porque el Cielo es Cristo, sólo Cristo y todo en Él. Pero quien se aburría en misa no podrá soportar la eternidad atado a una mirada a su dulce rostro.

El precio del desengaño es demasiado caro a la hora de vender mentiras. Hay que acabar con ese cielo de lo poetas, o de los ingenuos, o de los filósofos, porque ese cielo no existe. El Cielo es Cristo. Y debemos anunciar su nombre a los hombres, porque es justo que conozcan la maravilla para la que han sido creados.

Rey Ballesteros, José-Fernando. Evangelio 2017: El evangelio de cada día

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