Confía en Él y ten coraje!

La vida es un camino lleno de pruebas, algunas de ellas tan duras que nos hacen, por momentos, como dudar de nuestra fe. Todos pasamos por momentos dolorosos en los que levantamos la mirada al cielo, preguntando: «¿Por qué me has abandonado?» Ni Jesús se libró de esto.

Sin embargo, cuando decidimos entregar nuestra libertad al Señor, nos encontramos liberados de todas las cadenas que nos habían atado a cosas sin importancia, a preocupaciones ridículas y a ambiciones mezquinas (cf. San Josemaría Escrivá). Estas palabras nos recuerdan que, incluso en los momentos más difíciles, Dios está con nosotros. Él nos sostiene y nos ayuda a superar las pruebas. Si nos entregamos a Él, nos encontraremos libres y plenos.

La vida es un camino lleno de pruebas. Todos pasamos por momentos dolorosos. Pero si nos entregamos a Dios, nos encontraremos libres y plenos.

Si te sientes cansado y deprimido, si no tienes ya consuelo, si crees que has perdido la esperanza, toma un momento para serenarte y mirar al cielo. Luego baja la vista y contempla en derredor cuánto hay de bueno en el mundo: bosques, ríos, montañas y llanuras, maravillas sin par de nuestro suelo.

Educa tus sentidos y percibe la suave melodía que el Eterno inspiró para el arte de Beethoven y de tantos artistas que no han muerto.

Y luego, aligerado de la carga y el peso de nefastos sentimientos, relájate, respira hondo, y vuelve a mirar el cielo. ¿A qué te estás aferrado que no puedes empezar tu vuelo? ¿Qué estás esperando para soltarte? ¡No puedes descubrir nuevos mares a menos que tengas el coraje de volar!

Si te sientes cansado y deprimido, levanta la vista al cielo y contempla la belleza del mundo. Escucha la música de Beethoven y siente el aliento del Señor en tu corazón. Confía en Él y suéltate de la rama que te está sujetando. ¡Ten el coraje de volar!

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