Fernando: “no hay mal que por bien no venga”

Fernando acaba de llegar y como siempre aparece sonriente y radiante. Su forma de vestir es informal, con cierta singularidad, pero correcta. Sus ademanes enérgicos y seguros, acompañan un semblante muy animado. Saluda y como suele hacer, gesticula animadamente con las manos mientras habla. Tiene un aire de despistado o distraído,

Algo que admiro de él, es su capacidad para distraerse y evadirse sanamente de los problemas y preocupaciones de la vida, orientándose hacia lo positivo, imaginando planes, posibilidades u opciones para salir adelante de cualquier situación por difícil que se presente. Si, Fernando tiene un don especial para «dar la vuelta» a las dificultades y sacarles lo mejor que tienen, enfocando los problemas desde su enfoque más luminosos y positivo. “Tenemos limones, hagamos limonada”, podría ser su lema. O también ese otro refrán: “no hay mal que por bien no venga”.

Fernando también tiene algo de renacentista. Siempre sorprende con alguna cualidad desconocida. Es tan polifacético que sus muchos talentos le permiten desenvolverse bien en ámbitos muy dispares. Su entusiasmo por la vida se percibe en su afán aventurero. A veces puede resultar un poco niñón, pero sin ser infantil. Sabe disfrutar de todas las cosas, hasta de las más nimias, que ofrece la vida. Es un gran disfrutón.

Fernando sabe escuchar a los demás muy bien y su forma positiva y estimulante de percibir las cosas ha resultado muchas veces de gran ayuda a sus amigos.

Fernando posee una inseparable mezcla de gracia y curiosidad creativa. Con los amigos es generoso y extrovertido. Es leal y sensible. Abierto, siempre interesado en nuevos horizontes, en la búsqueda de nuevas opciones y futuros optimistas.

Si algo no le caracteriza es la rigidez. Efectivamente, su flexibilidad y capacidad de reenfocar positivamente todo, le permite volver fortalecido tras el fracaso y la calamidad.

Otra cualidad de Fernando es su gran capacidad para el compromiso. Es valiente y capaz de compromisos de gran alcance porque aspira a las más profundas satisfacciones. Ha sabido aceptar con realismo el dolor y el compromiso cuando se ha presentado en su vida. Y más aún, ha sabido enriquecerse con una profundidad de sentimientos y madurez humana que solo se alcanza en esa dimensión dolorosa que tiene la vida.

Gracias Fernando por ser así.

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