«La condición para que una actividad marche adelante es la confianza entre las personas» [L. Polo].

Los artistas trabajan en solitario, por regla general. Precisamente, el proceso creativo necesita silencio y soledad. Pero casi todos los trabajos se realizan en grupo, en equipo, conectadas y orientadas todas las personas a producir, gestionar, enseñar… La comunicación es importante en el trabajo en equipo.

Cada persona debe sentirse integrada en el conjunto; además de adaptarse a la tarea a realizar, todos deben conocerse entre sí, aceptarse y respetarse mutuamente, ser flexibles, ser leales con los demás, ayudarse ante lo difícil y costoso. El ejercicio de estas virtudes es difícil porque las relaciones personales son siempre muy complejas; sin embargo, cuando faltan estas actitudes el clima de trabajo se enrarece, decae la motivación, decrece la productividad.

Trabajar en grupo requiere responsabilidad individual: cada trabajador debe llevar a cabo su tarea y desempeñar su función. Cuando alguien no cumple, el trabajo del resto se retrasa, alguien carga con más tarea, surgen enfados y reproches.

Muchos buenos profesionales –en el sentido de ser muy capaces– desarrollan un individualismo con el que antes o después destruyen la cohesión entre los demás. Cuando aparece la competitividad movida por la ambición, el deseo de protagonismo y el afán de imponerse sobre los otros, se rompen las buenas relaciones entre todos, se crean divisiones. Ser solidario en el trabajo significa renunciar a intereses personales en pro del buen trabajo de todos. Esto es así porque «la condición para que una actividad humana marche adelante es la confianza entre las personas» [L. Polo].

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Ante situaciones complejas, en las que no se pueden ver con claridad todos los aspectos, conviene analizar las propias intenciones para actuar con rectitud, y nunca utilizar «armas prohibidas», sino buscar –bajo la mirada de Dios– cuál puede ser la solución más adecuada. Contar con la ayuda de Dios para decidir nos libera de egoísmos y ambiciones, y es garantía de que se desea lo mejor para los demás: cuando necesitamos luz para actuar bien, el Señor nunca nos deja a oscuras.

Un comentario sobre “«La condición para que una actividad marche adelante es la confianza entre las personas» [L. Polo].

  1. La confianza empieza en uno mismo.

    ¡Hola a tod@s!

    Hoy vengo dispuesta a hablar de confianza ya que me parece un factor fundamental para el desarrollo de las personas. Una relación sin confianza está abocada al fracaso. Un escalador no puede estar ejecutando un movimiento difícil mientras piensa ‘¿estará mi compañero atento por si tengo un saque?’ ya que con ese pensamiento difícilmente lograrán ambos superar el paso.

    Este pequeño ejemplo es extrapolable a cualquier situación laboral, sin confianza no hay equipo, y sin un equipo sólido no iremos muy lejos.

    1. LA CONFIANZA EMPIEZA EN UN@ MISM@

    ¿Cómo vamos a poder confiar en nadie si somos incapaces de confiar en nosotros mismos? Pues si…la verdad es que a mí no me parece posible. Pienso que el primer paso para crear relaciones de confianza es crearla con nosotros mismos.

    Dicen que la confianza es como una hoja de papel, que cuando se arruga ya nunca vuelve a ser la misma por mucho que la planches…yo pienso que afortunadamente esto no es extrapolable a la confianza en uno mismo.

    Tras un incidente en la montaña o un fracaso profesional es normal que perdamos la sensación de confianza ¡y éste es un momento perfecto para trabajar esa relación que tenemos con nosotros mismos y restablecerla de un modo más potente!

    2. ¿ QUÉ FACTORES GENERAN CONFIANZA ?

    En el mundo profesional o el alpinismo siempre hay fases en que te propones dar un paso más allá, salir de Pinineos y conocer Los Alpes…o salir de Alpes y marcharte a Nepal como han hecho mis amigos Jesús y David.

    Ellos han trabajado muy bien todos estos factores y os garantizo que cuando hablé con Jesús días antes de marcharse a conquistar el Manaslu, sus palabras estaban tan llenas de confianza y motivación que pensé que pasase lo que pasase en la expedición, sólo su preparación ya había sido muy inspiradora y nutriente para él. Os dejo este artículo escrito de mano de Jesús los días antes de marchar a Manaslu en que veréis perfectamente a qué me refiero.

    Con su permiso (ahora que lo tenemos allí y no puede quejarse), os explicaré los 5 factores de la confianza aplicados a mi interpretación de sus palabras. ¡Por supuesto son extrapolables a cualquier otro ámbito de nuestras vidas!

    Compromiso:

    Jesús sabe perfectamente que no se puede subir una montaña hasta que estás preparado para ello. Esto supone muchas horas de dedicación y duro esfuerzo, de madrugones, de compatibilizar el entrenamiento y la vida personal y profesional, de resolver problemas que van surgiendo…es una carrera de fondo para la que se necesita estar muy mentalizado y tener un gran compromiso y determinación.

    Coherencia:

    Jesús y David se han documentado mucho sobre la expedición durante todo este año, han tenido que tomar decisiones sobre el material, la comida, las fechas…por supuesto han tenido que sacrificar muchas cosas en virtud de otras `si llevamos esto…tendremos que prescindir de esto otro’…y todas estas decisiones no se pueden tomar de un modo aislado, las han contextualizado globalmente de modo que unas sean coherentes con las otras y con espíritu de la expedición.

    Cuidado:

    Han compartido algunas partes del entrenamiento con sus amigos y la gente que quieren, Carlos y yo por ejemplo estuvimos en Alpes con ellos, una semana genial de escalada y aventura juntos que siempre sienta bien y nos llena de confianza y buenas sensaciones para afrontar los retos venideros.

    Competencia:

    Han buscado asesoramiento en personas especializadas en cada ámbito, tanto en el entrenamiento específico para la actividad que iban a desarrollar como en el conocimiento de la ruta, han leído y contactado con alpinistas que ya habían estado allí para explicar su experiencia.

    Comunicación:

    Jesús y David son personas que tienen la virtud de comunicarse con claridad…y eso facilita mucho las cosas. Estoy seguro de que allí, a 8.000 metros, esa claridad y esa confianza mutua entre ambos ha sido determinante para la expedición.

    Finalmente mis amigos han logrado la cima de Manaslu, ayer contactaron con Carlos y conmigo y todo ha salido muy bien. En cuanto aterricen iremos a celebrar la expedición y a escuchar toda la aventura con el brillo en sus ojos!

    Como decía Iñaki Ochoa de Olza ‘la cima sólo es la guinda del pastel’ y si al final no hay guinda no pasa nada, lo importante es volver a casa con la satisfacción de todos los momentos que has disfrutando del pastel y de todo lo que te ha aportado el camino.

    En este caso sé que los Jesús y David que nos encontraremos a la vuelta, son dos personas que se han nutrido de una experiencia muy profunda, otra más en el desarrollo personal de cada uno.

    Volverán llenos de confianza, y esta confianza les nutrirá para afrontar sus retos personales y profesionales en el futuro ¡Venga ‘companys’ que tenéis mucho que explicarnos!

    Bueno, espero que os haya resultado interesante y que compartáis con nosotros vuestro punto de vista sobre la confianza.

    Un abrazo a tod@s y ¡hasta la próxima!

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