«Lo que me importa es completar mi carrera»

Esta tarde tengo la misa de graduación de 4º ESO en el Colegio. Terminan una etapa y empezarán el curso que viene el bachillerato. Algunos ya están pensando en la carrera que quieren hacer. Por eso, estas palabras de san Pablo en la misa de hoy pueden venir muy bien para empezar la homilía: «Lo que me importa es completar mi carrera y llevar adelante el encargo que me dio el Señor Jesús». Y es que, para Para San Pablo la vida es como una carrera,y el cristiano como un atleta de Cristo: «olvidando lo que dejo atrás y lanzado a lo que está por delante, corriendo hacia la meta, para alcanzar el premio a que Dios me llama» (Flp 3, 13-14).

Para algunos puede ser una carrera de velocidad, para la mayoría se trata de una carrera de fondo, donde cansados del camino, y sufriendo algún que otro empujón y caída, esperamos alcanzar la meta de la que no hemos querido apartar nuestros ojos ni un solo instante.

Pero, no lo olvides, se trata de una carrera de relevos. El primero que empezó fue Jesús, el Atleta divino,  el cual, justo antes de cruzar la meta (su muerte y resurrección), nos lanzó el testigo por delante: «Ya no voy a estar en el mundo; pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a ti». Sí, «ellos«: somos tu y yo, los cristianos que agarramos el testigo y tomamos la salida en esta carrera maravillosa. Ya queda menos. No seamos tan tontos o perezosos de aflojar por el cansancio, y no lo quiero pensar, de quedáramos sentados, distraídos al borde del camino… Sabiendo el premio que nos espera, y sabiendo que corremos en la misma carrera del Atleta divino, no podemos fallar.

Nos alientan y dan fuerzas en esta carrera nuestra Madre del Cielo y el Espíritu Santo; nos impulsan y guían con su soplo de vida y su sonrisa. Pronto, dentro de cinco días, tendremos la ocasión, en Pentecostés, de recibir un refrigerio y nuevo aliento en la carrera de nuestra vida. Le pedimos a María, que nos preparemos muy bien para este próximo puesto de avituallamiento.

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