Benedicto XVI en Bressanone

Ayer, miércoles, 6 agosto, por la mañana el Papa hizo de nuevo un alto en sus días de reposo en los Alpes abandonando el seminario de Bressanone para celebrar, en la catedral de esta localidad, un encuentro entrañable con sacerdotes diocesanos y que ya se está haciendo una costumbre. Ha sido esta vez el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, el P. Federico Lombardi, que está acompañando al Papa estos días, quien ha contactado vía teléfono con Radio Vaticana para ilustrar la crónica de este encuentro. Sobre el hilo conductor de las respuestas del Santo Padre, el P. Lombardi ha señalado que las preguntas han sido bastante diferentes: “Puedo decir que ha sido un testimonio de fe muy enraizado en la unión con Cristo, fundado en la vida de fe en relación con Dios en la oración, en la escucha del Espíritu Santo y de sus inspiraciones».

Por la tarde Benedicto XVI visitó la fracción de Oies en Val Badia, tierra natal del misionero verbita Josef Freinademetz, que transcurrió los últimos 29 años de su vida en China, evangelizando. Y ésta fue la breve alocución del Papa en la Iglesia Santuario dedicada a este evangelizador en China:

“Agradezcamos al Señor, que nos ha dado este gran santo, que nos muestra el camino de la vida y también es un signo para el futuro de la Iglesia. Sabemos que China se hace cada vez más importante en la vida política, económica y también en la vida de las ideas. Es importante que este gran continente se abra al Evangelio. San Josef Freinademetz, nos muestra que la fe no es una alienación para ninguna cultura y ningún pueblo, porque todas las culturas esperan a Cristo y no deben ser destruidas. Josef Freinademetz quería no solo vivir y morir como chino, sino que también en el cielo quería permanecer tal. De tal modo se había identificado con este pueblo y con la certeza de que este pueblo se abrirá a la fe de Cristo”.

Después regreso a Bressanone donde proseguirá su estancia de vacaciones hasta el próximo lunes. Muchos medios han subrayado la visita del Papa a la tierra de san José de Oies, con el mensaje que dirigió el domingo pasado durante el Ángelus, cuando el Pontífice auguró que las Olimpiadas en Pekín sean unos juegos de paz; en concreto estas fueron sus palabras:

“Envío mi mejor deseo a todos los participantes para que den lo mejor de sí mismos. Sigo con profunda simpatía esta gran cita deportiva y deseo vivamente que ofrezca a la comunidad internacional un ejemplo válido de convivencia entre personas de distintas proveniencias, en el respeto de la dignidad común. Qué el deporte sea, una vez más, un compromiso por la fraternidad y la paz entre los pueblos”.

Antes de terminar el post, recordaros que ese mismo domingo, 3 de agosto, evocó también la figura de Pablo VI pues se cumplia el 30ª aniversario de su muerte el día 6, fiesta de la Transfiguración del Señor. Aquí te pongo un video resumen de la vida de Pablo VI:

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